Novela Jonas cap 4

TM: _________ (tu nombre), el que te está tomando de la mano es Joe Jonas?

Tu: Si (con una sonrisa enorme en tu rostro)

TM: El chico de tus posters?

Tu: Si mamá. Mamá él es Joe (señalándolo), él es Nick (señalando a Nick) y el es…

TM: Déjame adivinar… Kevin verdad?

TU: Sí, el es Kevin. Chicos, ella es mi mamá (presentándolos)

Joe: Mucho gusto señora.

Nick: Un gusto.

Kevin: Un gusto.

TM: Chicos, el gusto es mío. Me hace feliz conocer a los chicos de los que habló mi hija durante tantos años. quieren pasar y quedarse a comer?

Joe: No molestamos?

TM: En absoluto. _________ (tu nombre), dame las cosas que compraste en el supermercado así ya cocino.

Joe: No queremos ser una molestia.

TM: Pero de verdad, no molestan en absoluto. Me encanta cocinar para muchas personas.

Joe: En ese caso, aceptamos. 

Entramos todos a mi casa y nos sentamos en los sillones del living. Mientras mi madre cocinaba ellos me pidieron que les mostrara mi casa, y así lo hice, les mostré el living, la cocina, el baño, el cuarto de mi madre, y por último, mi habitación. Dejé que ellos entraran primero y cuando entraron su cara fue de mucho asombro. Si bien mi cuarto no estaba completamente tapado de posters de ellos, tenía 3 paredes en las que ya no cabía ni uno más. Me comenzaron a hacer preguntas como: cuánto tiempo estuve para juntarlos todos, con qué los pegaba, como hacía para que encajaran todos, etc. Yo me reía, ya que sinceramente sus caras de asombro eran demasiado graciosas. 

Al cabo de un rato mi madre nos llamó a comer, había preparado pasta con una buena y rica salsa (una que inventó mi madre, pero, a decir verdad, era la mejor salsa de la tierra). Así que bajamos, nos sentamos (mi madre en una de las puntas, luego Nick, Tati, Kevin y Joe y yo del otro lado). Mi madre sirvió la comida y nos dispusimos a almorzar. Comimos entre risas, anécdotas, etc. A mi madre le cayó bastante bien Joe, pensaba que él era maduro, responsable y decia que era bonito (para mi BONITO no era palabra suficiente para describirlo, ni siquiera HERMOSO se acercaba a hacerlo). Luego del almuerzo Joe me dijo que quería llevarme a un lugar, así que pasamos la tarde en mi casa charlando con mi madre y jugando a juegos de mesa hasta casi la noche que fue cuando Joe me dijo que debíamos irnos. Obviamente le pedí permiso a mi madre y luego de que me dijo que sí, le di un gran beso en la mejilla y salimos con los Jonas. Joe llevó a sus hermanos a su casa y dejó a Tati en la suya, luego, cuando ya estubimos solos me preguntó: “¿lista para el viaje?” y le dije que sí y luego de un tierno beso arrancó. 

Yo no sabía a dónde iríamos, ya que Joe no me lo había querido decir, sólo me limité a mirar por la ventana para saber si conocía por lo menos el camino y así desifrar a dónde nos dirigiamos. Pero no, si bien conocía muchas partes de mi ciudad, no había ido nunca por el camino por el cúal transitábamos. Se veían hermosos paisajes y Joe conducía sin mucha prisa, por lo que podía apreciar a unos hermosos caballos galopando (corriendo) y unas vacas comiendo sin prisa. Era hermoso ver cómo en algunas partes del país no había llegado la civilización y ver a los animales en su estado natural.

Antes de que llegaramos al destino Joe detuvo el auto y me tapó los ojos con una venda, ya que queria que fuera una “sorpresa”. A los 10 minutos de que estubiera con los ojos tapados Joe detuvo el auto y dijo “llegamos” y aunque tuviera los ojos tapados juraría que estaba sonriendo de felicidad, se le notaba en la voz. Se sacó el cinturón de seguridad, bajó y me ayudó a bajar a mi. Luego me tomó de la mano y me condujo por unos 20 o 30 metros hasta que me dijo que había una pequeña escalera, así que la subí. Luego de caminar un poco más se detuvo y me dijo “puedes sacarte la venda de los ojos” y cuando lo hize, reprimí un grito de emoción. Estabamos en una hermosa cabaña, alejados de todo. Él había decorado todo con rosas rojas (mis flores favoritas) y había puesto una mesa para que cenaramos. Le pregunté si él había sido el que decoró la mesa y (un poco sonrojado) me dijo que sí. Nos abrazamos durante un largo tiempo mientras yo no paraba de decirle “gracias, gracias, gracias”. 

Luego de mostrarme la cabaña me dijo que había hablado con mi madre, y que, unicamente si yo quería, podríamos quedarnos a dormir allí ya que manejar de noche a mi madre no le parecía una buena opción. Cenamos algo cocinado por Joe (que debo admitir que me había sorprendido) y luego de eso salimos a caminar por los alrededores.

La noche estaba estrellada, no había ninguna estrella en el cielo, había una sueve brisa, y estaba caminando abrazada de Joe, en síntesis, la noche perfecta. El paisaje era hermoso, y con Joe me sentía segura. Sentía que nada malo podría pasar si estabamos juntos. Caminamos por un tiempo, hasta que le dije que tenía hambre y volvimos a la cabaña para cenar. Luego de entrar, Joe me ayudó a sentar y fue hasta la cocina a buscar la cena, la sirvió y nos pusimos a comer. Una pregunta rondaba por mi cabeza desde que entré aquí, y Joe pareció notarlo, entonces me dijo:

Joe: Estas bien? Te noto un poco pensativa…

Tu: Si, estoy perfecta, pero tengo una pregunta que hacerte.

Joe: Pues hazla.

Tu: Porqué hiciste todo esto?

Joe: Fácil, porque te quiero, y quería pasar un lindo momento contigo sin que nada ni nadie nos interrumpa. A demás, sabes que no me quedaré por mucho tiempo, por eso quiero pasar contigo cada instante que pueda. Eso responde tu pregunta, hermosa?

Tu: Sí (sonrojada por que Joe te había dicho hermosa).

Joe: Bueno, pero no me has dicho si te gustó lo que preparé.

(Había preparado pollo relleno con algunas ensaladas)

Tu: Me encantó, de verdad, no pensé que cocinaras así de bien.

Joe: Bueno, supongo que gracias. 

Seguimos comiendo, y luego Joe trajo el postre. Luego de terminar de comer, él me tomó de la mano y me llevó hasta una especie de amaca para dos personas y tomandome del rostro dijo… 

Tomando el ejemplo de una amiga, si no consigo 7 comentarios en este cap, dejo de escribir la nove. Obviamente si leen esto, comenten dejando su nombre abajo 

Besos, Xime